Si eres una persona económicamente activa, ya sea porque estas prestando algún servicio o tienes actividades empresariales como persona física o moral tienes la obligación de tramitar tu RFC. Pero, ¿sabes qué es? Y ¿para qué sirve?
En este artículo responderemos a estas clásicas preguntas de una forma sencilla para que solventes tus dudas y dar lugar a que disfrutes plenamente de los avances tecnológicos que nuestro país ha adoptado en lo que a administración tributaria se refiere.
El RFC es una alternativa tecnológica ideada por el estado mexicano para que todos sus contribuyentes, puedan cumplir de una forma puntual y sencilla con su obligación de declarar y pagar sus impuestos tributarios ante las autoridades competentes sin contratiempos, logrado llevar un control riguroso tanto por el contribuyente como por el estado.
Esta iniciativa permite al estado crear un ambiente óptimo para el desarrollo de las actividades económicas, logrando detectar fácilmente irregularidades en la declaración de impuestos.
Para que reconozcas específicamente el origen de tu RFC, debes saber que esas siglas corresponden a Registro Federal de Contribuyentes y para obtenerlo siempre debe ser tramitado ante las autoridades competentes, es decir el SAT o Servicio de Administración Tributaria. Esta administración, con el fin de facilitar y mejorar aún más sus servicios te da la oportunidad de solicitar tu RFC de forma presencial u online completamente gratis.
Al solicitar tu RFC quedas registrado ante las oficinas del SAT y te es conferida una clave compuesta por 13 caracteres que te identifica como contribuyente. Entonces sí, el RFC es simplemente una identificación que te distingue de otro contribuyente.
La clave RFC mantiene un patrón sencillo que podemos describir de la siguiente forma: los primeros dos dígitos corresponden a las primeras dos letras de tu apellido paterno, el tercer carácter corresponde a la inicial de tu apellido materno, seguido de la primera letra de tu nombre. Luego, los caracteres numéricos corresponden a tu fecha de nacimiento, año, mes y día y termina con una homoclave que evita RFC repetidos entre contribuyentes.
Como mencionamos anteriormente el SAT te permite gestionar tu RFC de forma sencilla, rápida y totalmente gratis, pero una vez que te haz registrado y cuentas con tu homoclave ¿sabes dónde y cuándo vas a usarla?
¿Para qué sirve el RFC?
Si eres asalariado debes inscribirte en el RFC, por vía online desde la web del SAT, proporcionando tus datos personales y documentos solicitados. Una vez que comienzas a trabajar debes cerciorarte que tu patrón te inscriba en el RFC como empleado. Debes recordar que tienes que actualizar tu registro si cambias de domicilio, aumentas o disminuyes de obligaciones y si suspendes o reanudas tus actividades. También es importante que tener presente que anualmente, si tus ingresos fueron mayores a 400 mil pesos durante el año, debes declarar y pagar tus impuestos y para ello es necesario que cuentes con tu RFC homoclave.
En el caso de que comiences tu propio negocio y debas comenzar un sistema de facturación de tus productos debes tramitar tu inscripción en el RFC y obtener tu homoclave. Para orientar a cada tipo de productor se han creado organizaciones, comités y asociaciones que instruyen en el tema de facturación con RFC a productores y comerciantes, sobre todo a aquellos que se desarrollan en el ámbito agrícola, pecuario y pesquero.
De la misma manera, como persona que contrata servicios debes verificar que todos tus empleados, prestadores de servicios o productores estén inscritos en el RFC y por lo tanto, puedan emitir facturas como parte del sector primario.
Si estas inscrito en el RFC, también puedes consultar y pagar tus adeudos fiscales vía online y totalmente gratis desde la web del SAT.
No pienses que el RFC (aqui para imprimir el rfc) solo es requerido a la hora de pagar impuestos, también te va a ser requerido para abrir cuentas bancarias, solicitar tus tarjetas de crédito y como parte de los requisito para la solicitud de becas u otro tipo de ayudas sociales. Además si vas a vender propiedades también debes tener al día tu RFC, al igual que para disfrutar de los servicios de AFORE (Administradoras de Fondos para el Retiro) y del INFONAVIT (Instituto de Fondo Nacional de la Vivienda para Trabajadores).